Ubicada al pie de la Sierra de Maracaju, en la margen derecha del río Aquidauana, es considerada como una verdadera puerta de entrada al Pantanal. Sus primeros pobladores fueron soldados imperiales remanentes de la Guerra del Paraguay, alrededor de 1892. La llegada del Ferrocarril Noroeste de Brasil en 1912 aumentó su importancia regional, siendo elevada a la categoría de municipio en 1918. El municipio alberga en su parte pantanosa varias posadas rurales muy demandadas por turistas nacionales y extranjeros, así como varias estructuras de pesca en el río Aquidauana. A menos de 130 km de Campo Grande, por la BR-262, la ciudad también es accesible por la hermosa y pintoresca Carretera del Parque Piraputanga, donde se puede practicar ecoturismo, turismo de aventura, observación de aves y disfrutar de la gastronomía regional.